No tienes que ser bueno,
No tienes que recorrer el desierto de rodillas en penitencia.
Solo tienes que dejar que ese delicado animal que es tu cuerpo ame lo que ama,
Háblame de tu desesperación y yo te hablare de la mía,
Mientras tanto el mundo continua.
Mientras tanto, el sol y los claros guijarros de la lluvia se mueven por los parajes,
sobre las pradera y los árboles frondosos,
las montañas y los ríos,
Mientras tanto, los gansos silvestres, en el aire azul y puro,
se dirigen de nuevo a casa.
Quienquiera que seas, por muy solo que estés,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
y te llama como los gansos silvestres, chillando con excitación,
anunciando una y otra vez tu lugar
en la familia de las cosas.
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Mary Oliver